El flúor es un mineral natural que se encuentra en la corteza terrestre y tiene una distribución extensa en la naturaleza. Algunos alimentos y depósitos de agua contienen fluoruro naturalmente.
Desde que hace unos 50 años se demostró que la caries podía controlarse con el uso de flúor, han aparecido múltiples preparados que lo contienen. Unos son de uso profesional y otros no.
El flúor tiene tres efectos muy beneficiosos sobre los dientes:
- Aumenta la resistencia del esmalte: Si se aplica flúor sobre los dientes, éste reacciona con el calcio de los mismos, formando fluoruro de calcio. En esta forma, el flúor reacciona con los cristales del esmalte dentario (la hidroxiapatita), resultando un compuesto que aumenta mucho la resistencia del esmalte.
- Favorece la remineralización: El flúor contribuye a la remineralización del diente, al favorecer la entrada en su estructura de iones de calcio y fosfato.
- Tiene acción antibacteriana: El flúor tiene acción antibacteriana atacando a las bacterias que colonizan la superficie de los dientes.
Los niños se benefician más con el uso del flúor, ya que sus dientes aun están en formación. Pero en los adultos también es beneficioso, ya que en casos de perdida de la encía por la edad o enfermedad periodontal, este ayuda a prevenir o eliminar la sensibilidad al frio y evita la aparición de caries en el cuello de las raíces de los dientes.
El flúor puede utilizarse diariamente (pastas dentales y colutorios con flúor) en dosis mínimas, también en comprimidos o en gotas (en niños durante la formación de los dientes) o en forma mas concentrada en el consultorio dental.
El Flúor, como hemos dicho, nos ayuda a evitar las caries y fortalecer los huesos. Por ello muchos países a partir de los años 50 empezaron a flúorar las aguas de consumo humano. La polémica empezó a surgir años después cuando se empezó a estudiar los peligros de su exceso.
Los niveles óptimos de flúor en el agua son de 1 parte por millón (1ppm), que equivale a 1 miligramo de ion flúor en 1 litro de agua. Esta medida es controvertida, y no es aceptada en todos los países ya que no se sabe la cantidad de agua que cada cual puede beber, de modo que podrían sobrepasarse los limites de ingesta de flúor y ocasionar una fluorosis dental (la fluorosis produce manchas en los dientes). La fluorosis se produce por una ingesta excesiva y prolongada de flúor, y produce alteraciones óseas y dentarias.
La pasta de dientes y los colutorios o elixires dentales contienen dosis muy altas pero la absorción a través de la boca es pequeñísima a no ser que nos la comamos.
Debemos procurar no ingerir dosis mayores de Fluor que la que nuestro odontólogo nos indique, cuidarnos de no ingerir pastas dentales y enjuagues bucales ricos en flúor, principalmente en los niños, ya que la fluorosis es más común durante el periodo de desarrollo de los dientes.