Mis reflexiones


Si no perdonamos no seremos perdonados.


Son muchas las personas que nos han fallado, y como humanos es muy difícil perdonar, y en ocasiones en nuestros corazones almacenamos raíces de amargura y rencor que van creando ataduras en nosotros. Tenemos un Dios tan grande que no importa las faltas que cometamos El nos perdona y “se olvida completamente de nuestros pecados”, la mejor demostración de amor y perdón fue la de nuestro Señor Jesucristo con su sacrificio en la cruz, en eso se basa el perdón hacia nosotros.

El segundo gran Mandamiento es: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39), si nos amamos a nosotros mismos vamos a querer lo mejor para nosotros, entonces Dios nos manda a procurar por el bienestar del otro de la misma manera en que procuramos el nuestro. Es decir que si queremos ser perdonados, asimismo debemos perdonar a los demás, esto no es algo opcional, es un mandato y si no lo obedecemos sufriremos las consecuencias, que serán eternas.

Dios nos manda a no aborrecer a nuestro hermano en nuestro corazón, a no vengarnos, ni guardar rencor  (Levítico 19: 17-18). Cuando guardamos rencor estamos manteniendo un resentimiento constante en nuestros corazones con el fin de buscar venganza. Recordemos que la venganza es de Dios y es completamente justa, no queramos tomar ese papel que no nos corresponde.

En Marcos 11:26 dice “Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas”. Que duro, Dios es tan claro en su Palabra, simplemente la consecuencia de no perdonar es que nosotros no seremos perdonados. Reflexionemos en esto, y copiemos el ejemplo de Jesús, si tenemos un corazón arrepentido su promesa es que nos perdonará, no importando cuan grande sea nuestra falta, su perdón no tiene limites. 

“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a Vosotros en Cristo” Efesios 4:32

Rosalind Díaz